Ir al contenido principal

POR TU CULPA

Con su enorme talento, Rosa Montero, en el libro sobre la vida de Marie Curie “La Ridícula idea de no volver a verte”  expresa el problema de la culpa femenina. Marie Curie   fue premio Nobel de Física y Matemática, pero sufrió la culpa de seguir su vocación, aún cuando ello implicó ser el sostén de su familia luego de la muerte de su esposo en un accidente.
  “…hasta hace nada, hasta hace apenas un par de décadas, el mayor problema de la mujer occidental consistía en no saber vivir para su propio deseo: siempre vivía para el deseo de los demás, de los padres, de los novios, de los maridos, de los hijos, como si sus aspiraciones personales fueran secundarias, improcedentes y defectuosas…” 

Y refiriéndose especialmente a la vida de Marie, cuenta :
“…Como todo lo que hizo en su vida, ese segundo título (se refiere al de Matemáticas) también fue una proeza: se sentía culpable por abandonar de nuevo a su padre para perseguir la quimera de los estudiosLa #Culpabilidad es una emoción tradicionalmente femenina.  Sobre todo en épocas pasadas, aunque hoy todavía queden jirones que nos manchan, velos pegajosos como telas de araña. Es una #Culpabilidad socialmente inducida por atreverte a seguir tus deseos, por descuidar tus obligaciones de mujer. #Culpabilidad por ser mala hija, mala hermana, mala esposa, mala madre.  Marie sintió la mordedura de todas esas culpas corrosivas y a pesar de ello continuó su camino: era una mujer asombrosa…” 
(El signo   #  seguido de alguna palabra, en este caso, Culpabilidad, es una forma de buscador en la red Twitter)

Las mujeres somos titulares  de un cargo asumido tempranamente y  sin demasiada conciencia, indelegable, imprescindible y obligatorio.
            Aquí va un breve resumen, sujeto a críticas y agregados, por supuesto:
1)    La mujer está encargada de  mantener la cohesión, el lazo de unión familiar : madre-padre-hijos.
2)    Está a su cargo socialmente, aún cuando no lo “cumpla”, el funcionamiento de la casa.  Esto implica Pensar, Organizar, y Ejecutar las tareas  diarias, permanentes e ininterrumpidas de  alimentación, limpieza, orden, mantenimiento de la ropa de la familia, compras.   El puesto en los avisos clasificados  sería el de una “Empresaria Doméstica” (puede ser que tenga ayuda proveniente de otra mujer, a la que se contrate para reemplazarla) . Si asume la tarea y la cumple adecuadamente, todo bien, nadie ve nada, se trata del famoso “trabajo invisible” (remito a la lectura de Eva Giberti).  Si no lo hace, es pasible de las penas y sanciones correspondientes.
3)    Desempeña la tarea de apoyo emocional del grupo familiar
4)    En la actualidad, comparte el sostén económico, cuando no, la principal fuente de ingresos.
5)    Está a su cargo la atención, cuidado y responsabilidad de la crianza de los hijos.  El hombre comparte esta tarea en sus momentos libres, posibles, asumiendo  el rol de “ayudar” a su mujer.
Vuelvo a aclarar que este es el rol social y culturamente establecido, lo que significa que cada caso es individual, particular y diferente en sus matices.
Que sucede cuando una mujer se empeña en seguir adelante con su deseo  -vocación, trabajo, o sencillamente decidir no hacer ?
Sobreviene una culpa de existencia, es decir, culpa por ser, estar viva, pese a ir en contra de todos estos patrones inculcados desde siglos.
Ahora veamos, será que esta situación sigue un orden natural? Será que así debe ser y entonces no hay ningún problema?
Todo depende. 
A veces aparece una invitada  sorpresa: la Angustia
Si la angustia  puede percibirse como tal,  la situación no se desmadró del todo.  Es un síntoma benévolo.  Una señal que avisa que algo no anda nada bien, e invita firmemente a enterarse de qué se trata.
            Si no se atiende este reclamo la angustia se va acallando.  Y eso no es bueno, ni gratis.  Porque el próximo lugar  donde se exprese, ya no será el de la palabra, sino el cuerpo físico.  La angustia buscará dónde alojarse, y siempre coincidirá con alguna parte que pueda seguir expresando cuál es el problema.  
El cuerpo HABLA, a través de sus síntomas, dolores, enfermedades.
            Conviene no asustarse de la angustia, es bueno amigarse con ella, y dejarla expresarse.  La angustia sabe la verdadY lo mejor que podemos hacer es sentarnos a tomar un cafecito con ella.  Tendrá un gran material para brindar como información acerca de lo que está pasando.
            POS DATA: Ustedes dirán ¿Y qué pasa con la culpa masculina?
            Pues me anticipo a comentarles –aunque será tema de alguna próxima entrada- que no existe como un correlato de la culpa femenina.
Y esto es porque la culpa masculina se asocia a la culpa en general, la que afecta a hombres y mujeres por situaciones concretas, o también culpas sin “fundamento lógico”. Para poner ejemplos: la culpa del sobreviviente, la del fracaso, la de no cumplir con las expectativas de los padres, en fin, como verán, es un tema amplísimo. Pero no encuentro entre los varones, la culpa existencial. Tal vez me equivoque.
            
       Nos tomamos el cafecito entonces?


Comentarios

  1. Casualmente la semana pasada comencé a leer "La ridícula idea de no volver a vete"!!, si bien no avancé en la lectura, por determinadas circunstancias, quiero mencionar un párrafo (del inicio del libro), la autora dice: "si puedes hablar de lo que te acongoja estás de suerte: eso significa que no es tan importante"...yo agregaría "y si puedes hablar de lo que te angustia, tu suerte es mayor...eso es lo importante".
    Excelente lo que publicaste!

    ResponderBorrar
  2. Siempre interesantes tus recomendaciones y comentarios.

    ResponderBorrar
  3. Que bueno que les guste Marta e Iris! Me encantó este libro, conocer la dura vida de Madame Curie y su poderosa valentía con la que enfrentó cuanto paradigma machista encontró en su camino. Claro que le costó, pero nos dejo su modelo de coraje para cuando creemos que no se puede

    ResponderBorrar
  4. Recordë, con tu escrito, Los momentos compartidos, El trabajo invisible de eva giverti, Rosa Montero,... Que grandes Temas. "El Lugar de la Mujer en el Mundo".... porque las occidentales tenemos esto de la culpa, pero y las orientales?, ayer justo leí en el suplemento de the new york times : Persisten los "asesinatos de honor" de mujeres afganas. y el artículo comenta cuando éstas mujeres se oponen a la elección que hicieron sus padres para que ellas contraigan matrimonio, las asesinan, y que no hay sistema ni judicial, ni internacional que las salve. quise sumar a lo que vos ya publicastes, que bueno lo que estás haciendo semanalmente. isabel

    ResponderBorrar
  5. Isabel! gracias por tu comentario! Como no recordar nuestros programas de Radio en Castelar, las invitaciones a los seminarios de la mujer repartidos con sobres a domicilio ... por nosotras mismas! El tiempo pasó pero no en vano, vos sos una profesional brillante y yo disfruto de este nuevo espacio que conjuga mis dos pasiones, la lectura y el trabajo sanador. Un bran beso

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Gracias por expresarte libremente y compartirlo aquí!

Entradas más populares de este blog

EL DEPREDADOR DE NUESTRA PSIQUIS

                    Clarissa Pinkola Estés es una psicoanalista junguiana reconocida internacionalmente que ha dedicado veinte años de su vida a escribir un fabuloso libro que les recomiendo enfáticamente “Mujeres que corren con los Lobos”.  Elijo hoy un cuento con el cual ella elabora una teoría sobre el llamado “Depredador Natural”.          El cuento es Barba Azul y se los resumo a continuación:                  Había una vez… un hombre de gran tamaño, con una extraña barba de tono azulado que cortejó a tres hermanas al mismo tiempo.          Pero ellas eran temerosas y se escondían cuando él iba a visitarlas. Un día se presentó con caballos adornados con cascabeles y cintas carmesí e invitó a las tres hermanas con su madre a dar un paseo por el bosque.  Pasaron un día maravilloso ...
LA ENFERMEDAD COMO PUNTO DE INFLEXION.   Extracto del libro de  Jean Shinoda Bolen.  “El Sentido de la Enfermedad” “Los equipos suelen pedir un tiempo muerto cuando van perdiendo y hay que parar el cronómetro, hacer un descanso para tomar aliento, establecer una nueva estrategia o cambiar algún jugador.  Cuando se apiñan alrededor del entrenador, nos preguntamos si conseguirán remontar y ganar.  Los pacientes que Lawence Le Shan describió en “ Cáncer as a Turning Point”  (Cáncer como un punto de Inflexión) se encontraban en una situación análoga.  Su pronóstico indicaba que el tiempo se estaba acabando. En esa tesitura empezaron una psicoterapia con Le Shan…” Este les hacía preguntas que la inteligencia no podía responder, relativas a la búsqueda de sentido espiritual, que requerían una inmersión mental profunda y la recuperación de evocaciones olvidadas relacionadas con el consuelo y el regocijo; exigían ser sincero respecto a la paraliz...