Siguiendo a Moshe
Feldenkrais…
Esta vez, intento ver lo que “obviamente”
(¿?) sucedió, para que el encuentro con el libro de Moshe, frenara abruptamente mi disposición a escribir, pensar, leer.
Estoy
mudándome, y en el desarmar y armar, el tirar y seleccionar, en el caos que
representa para el psiquismo un proceso de desapego semejante, dejando una casa
de 20 años, por otra seguramente mas moderna y funcional, pero que no impide la
tormenta interna, ocurrió.
Encontré el libro de Moshe “LA
DIFICULTAD DE VER LO OBVIO Autoconciencia por el Movimiento” con dinero
adentro.
Vaya a saber de qué época.
Hoy en día equivale a una suma no
muy grande, alcanzaría para alguna blusa, o la compra de la verdulería de una
semana. No sé.
Inmediatamente me di cuenta que
esa situación era un mensaje y me propuse releer el libro en sus partes
subrayadas, seguramente encontraría la enseñanza, o la “moraleja”. Algo útil para trasmitir.
No fue así. No encontré tal
cosa. Sólo me quedó la sorpresa del
título y el dinero. Pero no encontré
nada en la lectura. Esto pasó hace un
mes, mas o menos. Y me quedé esperando…
Y no sucedió ninguna cosa
rimbombante, que me indujera a
pensar que “eso” finalmente era lo que me faltaba comprender.
Entonces finalmente, me dí
cuenta, que estaba atravesando exactamente lo que el título decía: tengo
dificultad de ver lo obvio.
Preguntarme qué era eso obvio que
no estaba viendo, tampoco tenía sentido, sería como una retórica, como un perro
mordiéndose la cola.
Pero sí recordé que había
encontrado el libro con dinero adentro. Tal
vez la dificultad de ver lo obvio, pueda estar relacionada con con mi desorden (va una), dado que puse el dinero
en un escondite tan perfecto, que no lo encontré hasta 10 años después.
Si sigo por esa línea, será que
el desorden puede hacer que me pierda cosas, algunas importantes. (van dos).
A su vez, el hecho de no encontrar el texto o
fragmento dentro del libro, me obligó a aceptar cierta intuición que venía haciéndose
cada vez más firme, respecto a sujetarme a citas bibliográficas y autores, al punto de no
confiar en que pueda elaborar por mi
misma un escrito de aquello que quiero
comunicar. (van tres)
Y por último, encontré (¡sí!) el
famoso fragmento, y ahí va:
“…su problema, igual que el mío, es que nos esforzamos en obrar
correctamente, como se debe, a costa de ahogar, por propia y libre
determinación, nuestra individualidad. Finalmente no sabemos lo que queremos,
hasta el punto de creer que lo que estamos haciendo es realmente lo que
queremos hacer…”
Caramba... me pescó distraída (como si fuera tan difícil ja!): ¿estoy haciendo lo que quiero
hacer? No se trata de si puedo, o las
circunstancias son favorables, etc, sino simplemente responder a la
pregunta. Y si no hay una respuesta
inmediata, no hay problema, total, semejante cuestión producirá tanto
movimiento interno, que permanecerá
vibrando, como el sonido de los cuencos, agitando la conciencia, lo
inconciente, y todo el psiquismo, hasta que me anime a volver a preguntarme una y otra vez ¿estoy
haciendo lo que quiero hacer?
Como comprenderán, no voy a quedarme
aquí sola con esto.
Les comparto este
intríngulis. Se han preguntado
últimamente si están haciendo lo que quieren hacer?
No?
Pues es hora de ir acercándose al
tema
me lo voy a preguntar . Me propongo preguntarme ¿estoy haciendo lo que quiero hacer?...Hasta que en algun momento descubra "que es lo que quiero hacer".....
ResponderBorrarGracias por compartir.....ah!!! y me alegro que el o los billetes que encontraste sigan siendo de curso legal..........
Vaya consigna!!! Estoy preguntandome!!.......
ResponderBorrarDejemos q los cuencos resuenen......
Bien!!!! Por lo menos salio mi comentario
ResponderBorrarTodas las veces anteriores quise contestar y comentar, pero no lo logre. Que hacia mal? Que hice mejor ahora?
Sera por que antes no veia lo obvio? Ahora si?? Bueno seguire dejando q resuenen y pensando!!!!!
en realidad no sé si lo que estoy haciendo me lo está sugiriendo mi esencia... sólo sé que lo que estoy haciendo me de alegría, le da sentido a mi vida, me deja dormir en paz!!"
ResponderBorrarHolaa gracias por comentar, Uli Betty Marian! la cuestión es no estar tan distraídos no?
ResponderBorrarque tema!!....estoy haciendo lo que quiero hacer?....y si no es así....que puedo cambiar???....y otra vez el sonido de los cuencos....
ResponderBorrarRealmente un tema difícil, pero esta muy bueno para pensarlo y releer lo que escribiste.
ResponderBorrarQuerida Adriana. Siempre digo que lo obvio no es obvio.!!! Hay siempre un trabajo de lectura, que a veces podemos hacer y otras no. Esta lo que se escapa, como por ej. eso que guardaste tan bien que se te perdio a vos misma. Pero tambien esta la sorpresa de cierta recuperacion, con perdida incluida., Cuando hacemos lo que queremos hacer no nos preguntamos tanto,, lo vivimos, lo disfrutamos, como ahora que te estoy escribiendo y te digo que tengo muchassssss ganas de que nos encontremos pronto. un besote. Juana
ResponderBorrarJaja!! Juani!! Justamente cuando lo puse en facebook, le agregué ese copete: "Bueno, taaan obvio no era..." Dale!! yo también quiero! te mando abrazo y beso
ResponderBorrarQuerida Dry,
ResponderBorrarEs obvio, que permanentemente los “seres humanos” confundimos nuestra verdadera identidad, con lo que hacemos y con lo que tenemos. Y definitivamente debo decir que tanto el hacer como el tener, no llevan a la felicidad plena, solo pueden ofrecer ciertos momentos placenteros, pequeños triunfos.
De manera entonces que (y ahora sí entrando directamente en el tema), digo: que tal vez si no experimentamos alegría o plena conformidad con lo que estamos haciendo, no significa necesariamente que tengamos que cambiar lo que hacemos (dado que seguiríamos cayendo en las trampas de la mente) que nos hace creer que si cambiamos el afuera, entonces estaremos bien.
Tal vez pueda ser suficiente cambiar el cómo hago lo que hago.
El “cómo” es siempre más importante que el qué, y cuando empezamos a prestarle más atención (porque aquí está la clave de todo) ESTAR ATENTOS al proceso de hacer que al resultado de lo que queremos lograr con ello, comenzamos por una parte a aceptar lo que es, como lo que Es (sin resistirnos a ello), y en ese cambio profundo de la conciencia, no necesariamente tenemos que cambiar lo que hacemos, sino que estaremos más cerca de Ser quiénes en verdad Somos, y allí está la felicidad, el regocijo y la plenitud, de no depender de las formas ni condiciones externas (lo que hago / lo que tengo), sino de Ser esencialmente quién Soy, de manera tal que lo que haga o en donde esté, quede impregnado de mi divina condición espiritual.
Y para terminar entonces, me parece bueno recordarte, que quizás “lo obvio” más allá de si estamos haciendo lo que queremos o no, sea soplarte una vez más al oído este increíble secreto de todos los tiempos, que dice que La conciencia humana en sí misma es amor, cuando se sana de todos los miedos que los pensamientos aislados y distorsionados de lo que debería ser originan.
Con inmenso afecto, Ricardo
Buen.... despues de leer a ricardo, tu blog , todos los comentarios ..... quedé dando vueltas .sólo puedo comentar, el estar atentos, a no perder nuestro eje, ser autenticos y coherentes primero con nosotros mismos, y despúes, con todo lo demás. un beso isabel
ResponderBorrar